domingo, 3 de agosto de 2008

Sobre el impacto del AVE en una ciudad como Valladolid

Al hilo del artículo publicado en El Confidencial Digital, Los efectos colaterales del AVE, en el que sobre la base de las declaraciones realizadas a dicho medio por Gildo Seisdedos, director de la Cátedra Madrid Global de Estrategia Urbana Internacional del IE Business School (sic), se afirma que asesorías y consultorías son los más perjudicados por la llegada de la alta velocidad a una ciudad como Valladolid, citándose como principales beneficiarios a los propietarios de restaurantes de autor, es por lo que me he decidido a escribir estas breves líneas.
Obviamente, en mi opinión somos todos los grandes beneficiarios de las inversiones realizadas en este tipo de infraestructuras, pues en el caso de una ciudad como Valladolid, nos sitúa a apenas 50 minutos de un mercado de 6 millones de consumidores, y son los empresarios locales quiénes deben saber aprovechar dicha oportunidad, aparte de las opiniones vertidas por personas con títulos tan rimbombantes como artificiales como el anteriormente citado.
En cuanto a perjudicados, pues aparte de las empresas explotadoras de otros medios de transporte, como gasolineras, autobuses, concesionarios de autopistas, etc. estarán todos aquellos empresarios que no sepan aprovechar la ventaja competitiva que el AVE, en el caso de la línea Madrid - Valladolid, ofrece.
Un caso claro a explotar es el del enoturismo. La provincia de Valladolid cuenta con 4 denominaciones de origen, 3 de ellas: Rueda, Toro y Ribera de Duero, entre las más prestigiosas por la calidad de sus vinos, no sólo a nivel nacional, sino también internacional. El AVE pone a tan sólo 50 minutos de distancia a un colectivo de más de 6 millones de urbanitas, que con el conveniente enfoque de marketing, estarían deseosos de vivir una experiencia enoturística, que aparte de los ingresos directos e inmediatos que pueden suponer para bodegas y sector de la restauración, redundarán en un mayor conocimiento e inmersión en la cultura del vino, que puede suponer un punto de inflexión en el constante descenso en la cifra de consumo per capita de vino de nuestro mercado nacional.
Tal vez la iniciativa de la Diputación de Valladolid, VEN Valladolid Enoturismo, debería contemplar esa nueva variable que es la línea de Alta Velocidad Valladolid - Madrid, ofertando paquetes completos con el AVE incluido.
Un punto a analizar es el del precio, la tarifa actual está en el entorno de los 31,50 euros por trayecto, y la frecuencia de enlaces es tal vez insuficiente, especialmente en los horarios más vinculados a la actividad empresarial. Resulta sintomático cómo éste es un punto en el que están plenamente de acuerdo Partido Popular, PSOE e Izquierda Unida en el consistorio vallisoletano. Y es que en comparación con otras líneas de AVE, la falta de trenes lanzadera, a precio más económico, y el reducido número diario de enlaces limita el potencial estructurante de la Alta Velocidad. Emilio Márquez, en su blog recoge como en ciudades como Málaga y Zaragoza, se está duplicando el número de trayectos diarios.
Por último, un tema del que no se ha hablado demasiado, y es el hecho de que la terminal madrileña de la línea de AVE Valladolid - Madrid es Chamartín, a diferencia del resto de líneas de Alta Velocidad, que acaban en Atocha, con lo que supone de aislamiento de Valladolid con respecto al resto de universo Alta Velocidad.
En definitiva, estamos en los primeros meses de funcionamiento, y el futuro es prometedor, a pesar de las dificultades iniciales, esperemos que pronto se ponga en marcha el soterramiento de las vías, y toda la operativa urbanística alrededor del pasillo ferroviario, liderado por la Sociedad Valladolid Alta Velocidad 2003, y que sin duda dará paso a un nuevo Valladolid.

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